De funerales sin obituario

Murió el beso Murió el saludo el apretón de manos el compartir un plato. Murieron los borrachos los piquitos de regalo las amigas de la fila del baño. Murió el baile con extraños el provocar con la boca el tomar de la misma copa. Murió la farmacia llena el restaurant de pocas estrellas el bar de Eugenia. Murió hablar al oído sonreír para agradecer visitar sin preguntar. Murieron las manos sucias los labios bien pintados los anteojos desempañados. Murieron los viajes los feriados en el mar quedarse en casa como novedad. Murió pasear de noche trabajar de día Murió el Sábado Murió el Domingo Murió el estadio a tope la calle poblada la micro colapsada. Murieron los viejos en las plazas los niños en la escuela los padres en la iglesia. Murió pagar en efectivo comer medido el cinturón bien jodido. Murió el sostén en su cajón el pantalón de cartón el zapato y su tacón. Murió el amigo exigente el amor incipiente el familiar displicente. Murió el beso. Murió el saludo.

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Santiago 2020