Comer, trabajar y amar

7:30am y el desayuno fue tortipizza con pinto, huevitos y café hecho por el brujo Chris.

Vaya forma de comenzar el día, pero es que cosita más rica. Llevamos 8 días en Monteverde y con gusto nos quedaremos 4 más. En principio pensábamos irnos a otro hostal, pero nuestra nueva familia adoptiva ha sido tan generosa y agradecida que nos devuelven la mano ofreciéndonos más días de hospedaje y la verdad habría que ser bobo para rechazar tanto amor.

Mientras llueve y sale vientico helado hacemos como en la casa con Juan, y nos sentamos cerquita para realizar trabajo de escritorio principalmente. Él editando algunos clips del material obtenido de los tours de café, de las entrevistas que hemos hecho a los miembros de la familia que conforman el proyecto y yo, además de tomar nota de casi todo lo que dicen porque sus frases suelen merecer el oro, como de costumbre empecé un trabajo del cual me considero adicta ya que no despegué la vista de la pantalla por 2 días completos. Y es que les estoy refrescando el sitio que Felix había diseñado. Era un sitio lindo, con las imágenes fascinantes del mismísimo autor, sólo necesitaba una manito de gato.

Como cuando trabajábamos pa taller en la universidad, cada cierto rato aparecía Mireya -para los entendidos equivalente al cariño transformado en comida propio de la Juni o a la Mima- para chinearnos, con quequito de banano, con fresco de carambola, con cafecitorico.

Entre tanto trabajo, se nos dijo en diferentes ocasiones que por favor también disfrutáramos de la naturaleza. Y bueno sí, a veces se nos pasa la hora trabajólica con mi compañero y necesitamos ese charchazo cariñoso.

Hicimos una caminata nocturna, nos colamos mas bien porque era un guía contratado por extranjeros, y vimos muchos bichos, pero lo más lindo fue poder compartir la experiencia con niños, adultos y personas mayores. En total sumábamos como 15 personas, entre alemanes, rumanos, kiwis, ticos y chilenos, por lo que el equipo iba repartido durante la caminata, y a lo que sonaba un WOOOW! uno esperaría una culebra o algún sapo maravilloso, pero estos personajes eran sensibles al asombro, y el grillo más común les parecía la criatura más fascinante. Quedé rayada con esto, me encantó el nivel de goce con el que daban cada paso, un buen alumbrazo, pillaban una polilla y PAF! felicidad. Siempre he sido de esa escuela, pero advierto que voy a llegar aún más así, más como una niña exploradora.

Aquí había una Morpho cerrada, esa mariposa azul gigantesca que por abajo tiene como ojos de búho. Bastante impresionante para todo rango del espectro asombrótico.

Otra experiencia que nos regalaron en el Santuario (y que en ningún caso obviamos) por el hecho de estar ayudándolos con sus comunicaciones, fue visitar SelvaTura. El proyecto de la familia de Pepe, la pareja de Andre.

Imagínense un parque de diversiones de la naturaleza, con un recorrido circular compuesto por 8 puentes colgantes de hasta de 60 metros de altura y 170 metros de extensión. Repleto de turistas de todas partes del mundo, es un bosque que alberga un montón de especies y animalitos con los que es casi imposible tener contacto dada la infraestructura. Todos felices.

Andre nos consiguió pase libre, Chris nos llevó hasta allá arriba bien lejos, y como VIP nos dejaron pasar. Fue una caminata de casi 2 horas, que aunque a veces me invadía ese vértigo loco que me viene, disfrutamos a paso muy lento y conversado por las copas de los árboles del bosque nuboso. Una selva densa, que escuchó una linda conversación que, aunque secreta claro, dejo anotada por aquí para recordar cuándo y dónde ocurrió.

Volvimos, trabajamos otro poco, y es que de pronto entran gringos buscando tour de café y Chris se peina un poco, Juan saca la cámara y empieza el show. Este fue el tercer evento que presenciamos, y ya puedo decir que aprendí lo sapeante de la cantidad de factores que influyen en la confección de una buena taza de café, es mucho más que un arte, es ciencia pura. O es una mezcla entre arte y ciencia. Lo que más me gusta de los tours de Chris, es que tienen mucho de conocimiento intelectual, pero también mucha conexión espiritual y humor. La verdad es que si sé de alguien que viene a Monteverde, lo mandaría a internarse un par de días en el Santuario.

Hoy terminé de editar la web y se las presenté. Solo les diré que saqué aplauso. Pero no porque haya sido una obra de arte, sino porque valoraron el cariño con el que me vieron trabajando, sintieron mi apoyo y estaban agradecidos de que haya logrado mantener la esencia del sitio original pero con toquecillos nuevos que les permitirían mayor alcance. Si quieren revisar cómo quedó, chequen aquí.

El trato inicial nunca incluyó que nos alimentaran, pero es que se chorrea el amor por todos lados y de su olla ahora también comen 2 chilenos. Pollito con arroz, ensaladitas, panqueques, café de especialidad. Gustosos lavamos los platos de toda la mesa.

Y es que esto es un paraíso y así da gusto trabajar.

Se cierra la jornada laboral, y si no vamos de paseo al pueblo por unas birris, salen cafés de mi barista fav, Huang:

Mañana último día de trabajo, ya el resto será puro decante de información y empezar a cranear la post producción del artículo y del mini documental.

A pesar de que me asusta un poco la idea de volver, porque aunque estemos en Chile el viaje sigue y la búsqueda por seguir haciendo esto continúa, declaro que me pone contenta volver a ponerme algunos de mis ropajes que me permitirán volver a lucir como una dama y no como este muchacho polvoriento de la imagen.

Me retiro con esa frase que dicen por ahí, de que uno no puede entregar lo que no tiene...

Abran paso, que voy con una metralleta de amor.